Aunque el concepto de democracia se ha ido simplificando de forma
interesada y reducido a la simple elección de candidatos en el periodo
electoral, el sentido profundo de la democracia requiere de la participación y
deliberación de sus ciudadanos en el ámbito comunitario. Pero como hemos visto
en el curso, participar requiere de importantes competencias (expresión,
negociación, autoconocimiento, empatía, respeto, trabajo en equipo…) que no se improvisan,
sino que deben adquirirse de forma progresiva especialmente con experiencias y prácticas
adecuadas.
Es por eso tan necesario que los niños y niñas participen en
su entorno y adquieran prácticas democráticas que les hagan sensibles a la
realidad de su entorno. El
reconocimiento de sus derechos es un buen punto de partida.
Si hay un aspecto que me preocupa es precisamente la falta
de prácticas y experiencias tempranas que permitan adquirir competencias y
responsabilidades. La sociedad necesita que los niños y niñas aprendan a actuar
como ciudadanos responsables y sensibles. Posiblemente el mejor camino sea
empezar participando en el entorno familiar y continuar en el escolar. Sin
embargo, no siempre es así.
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